Se trata de una conocida cueva granadina, con entrada por el Pico del Asno, a 1750 metros de altitud. Un precioso canchal con vistas incluyendo la niebla de primera hora de la mañana.
Comenzamos el camino andando hasta la cueva, que no está disponible para visitas turísticas, donde haremos espeleología para comprobar el posible impacto ambiental de su apertura, acondicionada, al turismo.
Hay que pertrecharse. En la cueva no hay luz. No hay más que algunas escaleras de madera de los años 60 (que se van poco a poco sustituyendo por metálicas) y sensores que miden el ambiente, para obtener la modificación de las condiciones climáticas.
Casco, batería a la cintura y luz sobre el caso. En las imágenes siguientes las únicas luces que veréis serán las de los cascos (dominante amarilla) y la luz blanca del flash de mi cámara.
Comenzamos el descenso, por lugares ciertamente angostos y donde los únicos apoyos son algunas cuerdas tendidas por las paredes. Llegaremos a la cota 50 bajo el suelo, aunque la cueva alcanza los 90 metros de profundidad.
Visitamos varias estancias o salas de tamaño y aspecto impresionante. La primera la tenéis en la imagen que abre esta entrada. Pero la siguiente es aún mayor.
Simas que alcanzan la cota 90 bajo la superficie y con un lago donde alguna compañera mía tuvo un accidente, sin consecuencias graves.
Hay que pertrecharse. En la cueva no hay luz. No hay más que algunas escaleras de madera de los años 60 (que se van poco a poco sustituyendo por metálicas) y sensores que miden el ambiente, para obtener la modificación de las condiciones climáticas.
Casco, batería a la cintura y luz sobre el caso. En las imágenes siguientes las únicas luces que veréis serán las de los cascos (dominante amarilla) y la luz blanca del flash de mi cámara.
Comenzamos el descenso, por lugares ciertamente angostos y donde los únicos apoyos son algunas cuerdas tendidas por las paredes. Llegaremos a la cota 50 bajo el suelo, aunque la cueva alcanza los 90 metros de profundidad.
Visitamos varias estancias o salas de tamaño y aspecto impresionante. La primera la tenéis en la imagen que abre esta entrada. Pero la siguiente es aún mayor.
Simas que alcanzan la cota 90 bajo la superficie y con un lago donde alguna compañera mía tuvo un accidente, sin consecuencias graves.
Salas de acceso en pendiente, donde es preciso usar las dos manos para llegar y tener cuidado de no resbalar.
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