Su origen está en el siglo XVI, cuando la ciudad decide cambiar la puerta de entrada desde el Puente Romano. Era la puerta principal de la ciudad, por la que más tráfico de personas y materias entraban a Córdoba. Tras varios maestros de obra, la obra la retoma Hernán Ruiz III y como ya ocurría siglos atrás, el presupuesto se dispara, llegando a triplicar el inicial.
La consecuencia: la puerta queda sin concluir por falta de presupuesto. Tendrá que llegar el siglo XX para que, al liberarse de las construcciones anexas, se reconstruya y termine en forma de Arco de Triunfo. Las siguientes obras serán a mediados de siglo: primero, bajar la rasante, quedando como la veis en la imagen que encabeza esta entrada.
Y finalmente, la reforma de 2005, en que se le da el aspecto que veis en esta segunda imagen. Y que la deja en un magnífico estado, incluso mejor que que sus alrededores.
Un guiño a un presente mejor.
P.S.: la hora bruja en que se toma la foto. Balance entre la luz del cielo y la iluminación de los edificios, sin dejar los cielos negros. No dura una hora, quizás media, según el momento del año. Un poco de paciencia y una buena cámara. Por cierto que en el puente estábamos bastantes fotógrafos y la mayoría con trípode. El artista, no.
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