Del desarrollo de la Batalla no puedo sino recomendar que leáis algo sobre ella. Prefiero referirme en esta entrada a una leyenda que es mucho mejor que la realidad que parece intentar justificar.
Uno de los reyes que dirigían la cruzada contra el Califa almohade Muhammad Al-Nasir era el Rey Sancho VI de Navarra, "El Fuerte". Éste aprovechó un momento de la batalla para dirigirse directamente contra el Califa. Doscientos caballeros navarros atraviesan la última línea de defensa de Al-Nasir: los im-esebelen ("los desposados"). Guerreros especialmente escogidos, entre otras cosas por su fe, que se anclaban al suelo con cadenas para enseñar a sus contrarios que el combate era a muerte y que no iban a huir.
La rotura de esa línea de cadenas justifica, en la tradición, la aparición de las cadenas en el escudo de Navarra: el mismo Sancho el Fuerte rompe con su espada las cadenas, y quita además una esmeralda del turbante del Califa. Esmeralda que se encuentra en el centro del escudo.
La foto es del Patio de Banderas de Sevilla, con una fuente rodeada por columnas de marmol, unidas por cadenas. Una de las salidad del Patio es el Arco de las Cadenas, que lleva hacia el Barrio de Santa Cruz, a través de la calle Vida.
Cadenas para recordar una batalla que inició la fase más importante, final y rápida de la Reconquista peninsular.
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