Van Gogh pinta una serie de cuadros de girasoles en un jarrón, a partir de agosto de 1888 mientras residía en Arlés. Estos no tienen jarrón ni valen la friolera de 30 millones de dólares que costó el último disponible en subasta.
Valen más porque están en mi casa. Recién puestos a la entrada.
Hay que tener cuidado como con el S. Francisco de Zurbarán (http://ezqlmr.blogspot.com/2009/10/san-francisco-de-asis.html), no nos lo vayan a levantar...
Y del artista habitual que me debe todavía la terraza gaditana y el alargado para la entrada.
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