Ese atolón ya se empleaba en la segunda guerra mundial como cementerio de naves (los americanos mandando la caca al otro lado del mundo). La bomba lanzada el 1 de Marzo de 1954 basaba su potencial destructor en la fusión de los isótopos de hidrógeno, deuterio y tritio, para formar un átomo de mayor peso atómico (el helio), desprendiendo una gran cantidad de energía, según lo predicho por la ecuación E=mc2. En el núcleo de la explosión se alcanzó la temperatura de 15 millones de grados. Esta forma de producir energía es exactamente la misma por la que el Sol produce su energía. Simplemente, la bombita, es mayor y en vez de matar (por lo menos en la Tierra, que se lo digan a los marcianos, abrasados) sirve para dar la vida.
Tuvo tal relevancia ese atolón (por las detonaciones de bombas) que el modisto francés Louis Reard en 1946, le puso ese nombre a la prenda de baño de dos piezas que diseñó. Que no inventó, porque ya en la antigüedad había grabados de prendas de formas parecidos.
A partir de ahí, el topless y los mini tangas, aunque sean la bomba, no vienen de más bombas o atolones, porque ya hay moratoria nuclear.
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