Corría el año 55 a.C. cuando Marcus Tullius Cicero (Cicerón) como Senador de la Roma republicana se enfrentaba como todo el Senado, a una fuerte crisis económica que llevaba a la bancarrota al imperio. Orador excelente, empleó uno de sus discuros para lanzar el siguiente mensaje:
"El presupuesto debe equilibrarse, el Tesoro debe ser reaprovisionado, la deuda pública debe ser disminuida, la arrogancia de los funcionarios públicos debe ser moderada y controlada, y la ayuda a otros países debe eliminarse para que Roma no vaya a la bancarrota. La gente debe aprender nuevamente a trabajar, en lugar de vivir a costa del Estado."
Extraordinario dominador de la retórica y la dialéctica, renombrado abogado romano, sentó numerosos precedentes que fueron empleados durante la posteridad. La frase es de plena actualidad ante una situación económica y sobre todo presupuestaria, que parece más destinada a hundir que a sacarnos adelante. Máxime con falta de claridad en la explicación de sus promotores y difícil credulidad por los administrados.
Es autor de otras famosas frase como la que encabeza la entrada ("oh tiempos, oh costumbres") dicho en otra situación pero que también servía de queja para comportamientos nuevos, lejos de las costumbres de sus antepasados. Especialmente con la cercana amenaza de la pérdida de la República por Roma, con la creación del primer triunvirato romano (César, Pompeyo y Craso), al que se opuso con todas sus fuerzas. Así como al discípulo del dictador César: Marco Antonio.
Conocer la historia para no repetirla.
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